Nuestra Villa
Nuestra villa

En su término municipal aparecen restos de época tardorromana. La iglesia parroquial de San Silvestre es un edificio barroco del s.XVII. Dispone de un Museo Etnográfico.

Última localidad de la provincia en orden alfabético.Museo etnografico

Su principal atractivo es una visita guiada al maravilloso Museo Etnográfico Santa Eufemia, un museo que intenta reflejar con sus más de 2.000 piezas expuestas, el espíritu y la vida que llevaron los habitantes de estas tierras en los años 30; hombres dedicados por completo a la ganadería, la agricultura y a explotar un bien como es el pinar.

Se divide en 13 zonas o habitaciones, en las cuales cada una se ocupa de un aspecto distinto de la vida cotidiana de aquel entonces. Regresar al pasado puede resultar un viaje extraordinario en el tiempo gracias a este museo, que ha cuidado hasta el más mínimo detalle para que todo parezca atractivo.

El pueblo también esconde la iglesia de San Silvestre, de ladrillo, del siglo XVII y realizada en estilo barroco. Tiene una nave entre contrafuertes que se cubre con bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones. Además una cúpula vaída sobre pechinas que se ubica en el crucero. Son de destacar también su esbelta torre y el retablo rococó del XVIII que adornado con espejos le da un toque original al mismo.

 

Sus fiestas más populosas son las que cada 16 al 18 de septiembre se celebran en honor de Santa Eufemia, en las que no faltan las verbenas ni los actos culturales como el teatro. Ya el último día del año honran a San Silvestre, patrón de la iglesia, y el lunes siguiente al lunes de Pascua, celebran el Lunes de Aguas, donde todos celebran una merienda conjunta en el campo. El que quiera pasear, La Zarza, ofrece desde su posición en un pequeño alto que domina las Tierras de Medina y de Olmedo, gran variedad de atractivos, desde sus pinares hasta la laguna que en invierno se encuentra a través de un camino a la derecha en la carretera que nos conduce hacia Medina del Campo.

 

Por último, hay que decir, que La Zarza ofrece también posibilidad de comer en el pueblo, y nada mejor que pedir un buen plato de patatas con níscalos.